El teatro en
la escuela.
Llevar las representaciones teatrales a la escuela tiene como
finalidad que no se gaste más en pasajes, que la escuela no corra riesgo ante
un imponderable en la calle y que se tenga a los alumnos cautivos en el turno
de clases. Sin embargo también observa grandes contrastes ya que existen un sin
número de distractores. Además de la pobreza en la escenografía, deficiencia en
la iluminación y audio, sin apoyo visual de telones, interferencia en las voces
de los personajes, falta de concentración en los actores y espectadores.
Entonces, los alumnos que no han visto Teatro formal,
consideran que el teatro es así, con todas esas deficiencias y se le acuña un
concepto equivocado del quehacer escénico.
El teatro en el teatro.
Vivenciar el rito teatral, en el teatro, no se puede
experimentar en el patio de la escuela. Viajar a una colonia diferente,
formarse, comprar el boleto, pasar al lobby, que la edecán te asigne el
asiento, ver el recinto teatral en general, pero deteniéndose en sus murales,
fotografías, esculturas, arquitectura, las butacas, los telones y luces.
Entender qué es la isóptica y la acústica. Diferenciar lo que es el lobby, la
sala, el foro, el escenario, los camerinos. Distinguir al personal uniformado,
entrenado en el arte de servir y atender. Apreciar que lo reciban con una
sonrisa hablándole de usted. Que le hagan sentir como un huésped, que
finalmente, eso es. Vivenciar el rito de las llamadas, la música de
ambientación, la estancia en un lugar limpio, fresco y seguro. Todo eso es
socializar en un medio ambiente que no es su hábitat natural, común y
cotidiano. El cambio de atmosferas le dará al alumno otra percepción de la vida
social porque este aprendizaje genera cultura y madurez. Aprender a comportarse
es una tarea cotidiana, pero para algunos alumnos la asistencia al teatro es un
algo que no se imaginaban porque siempre se les limitó a deambular en su
entorno. El arte y la cultura también tienen un costo como la salud física y emocional.
En cuanto el alumno vivencia este roce social, su autoestima crece, se
fortalece porque ya no le cuentan; él lo ha experimentado. Es cierto que se
puede disfrutar de una litografía del mar, pero por qué negarse la posibilidad
de caminar en la playa. Se puede vivir con agua, pero también se puede paladear
un buen vino. Se puede dormir en el camión, pero se puede descansar en un buen
colchón. Se puede escuchar el ruido de unos audífonos pero por qué privarse de
un sonido cuadrafónico. Uno puede comer frituras, pero por qué apartarse de un
buen corte de carne. Se puede sobrevivir y deambular, pero por qué negarse a la
oportunidad de vivir y apreciar lo bueno. Por qué conformarse con el aire del
ventilador en lugar de sentir el viento de la montaña. Por qué limitarse a oír,
cuando se puede escuchar. Por qué en el arte hay que limitarse a ver los
salones, el patio, a los profesores de todos los días en lugar de experimentar
al Teatro Formal.
Al estar viendo una representación teatral, ¿qué de grato
tiene el oír al del clarasol, al de las naranjas, el grito del gasero y el
rugir de los camiones en lugar de concentrarse en la escena?
Es claro que se puede vivir sin teatro, sin música, sin
pintura, sin danza ni arquitectura, pero por qué negarse de la oportunidad de apreciar
todo esto en el lugar adecuado para ello y crecer sabiendo que “la vida no son
las cuatro paredes de una escuela”.
CADA COSA EN SU LUGAR
En el siglo VI a.c. Tespis viajaba en su carreta dando
espectáculos de pueblo en pueblo, pero ya en el siglo V a.c. se construyeron
edificios dedicados específicamente a las representaciones teatrales.
Los romanos construyeron edificios teatrales a partir del
siglo I a.c.
Y así las diferentes culturas han dado a las artes escénicas
la importancia que merecen y por ello se ha buscando construir edificios que
cubran las necesidades de óptica, isoptica y comodidad.
Uno no va a comprar clavos a la carnicería, leche a la
biblioteca ni aborda un autobús para cruzar el mar.
Sí, se puede ver teatro en el patio de la escuela, en la
azotea de un edificio, en el atrio de la iglesia o en el puente de un río, pero
¿por qué negarse la oportunidad de VER TEATRO EN EL TEATRO?
Recordar que: “Quien
no conoce más, se conforma con lo que tiene”
Bernabhé Wang-Ho
Correo. celula6769@hotmail.com
cometer_wang_ho@yahoo.com.mx#NoAlPlagio
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